jueves, 29 de mayo de 2014

Etapas en la lectura de un libro

La entrada de esta semana estará dedicada a las etapas que experimenta el lector cuando lee un libro basadas en mi propia experiencia.
Primero de todo está el momento de escoger el libro, ya sea por recomendación de un amigo, porque sea famoso o simplemente porque hemos visto una portada que nos ha llamado la atención y la sinopsis nos ha gustado. A mí me encanta pasearme por una librería hojeando los libros de género fantástico o histórico, ya que son la temática que más me gusta.
Una vez en casa, en el metro, esperando en la consulta del médico, o en cualquier otra parte, empezamos a leer el prólogo, los primeros capítulos y conocemos a los personajes junto con la historia que nos llevará a viajar a otros mundos o vidas ajenas, desconectando de la realidad (algo que por cierto es una de las cosas que más me gusta, olvidarte de los problemas e inquietudes que puedas tener sumergiéndote en un buen libro).
Luego está la fase en que te vas enamorando de los personajes, de los protagonistas que se quieren y pasan mil y una dificultades para estar juntos, en las peripecias que deben enfrentarse para continuar con vida o alcanzar un objetivo, en odiar al malo de la película (en este caso del libro), o en la pena de ver que alguno de los personajes secundarios muere y le habíamos cogido especial cariño. Es, en esta parte, cuando empiezas a leer a todas horas, ansioso por saber el final, por saber cómo acabará la vida del protagonista o protagonistas (he de admitir que en alguna ocasión he ido al final del libro para saber si un personaje en concreto muere o no, si logra quedarse con la chica o debe renunciar. Sí, lo sé, no puedo esperar, soy así. Me gusta saber el final antes de haber llegado, ¿alguien más?).
Y la última etapa, el final tan esperado, aquel que después de un largo viaje los caminos de los protagonistas se unen o se separan para siempre, donde en ocasiones el héroe muere. Esta parte es la que te deja en una especie de nostalgia y te preguntas: ¿Y ahora qué? ¿Qué voy a hacer si ya he acabado la aventura que ha ocupado mi mente durante días? A veces te queda el consuelo de saber que hay una continuación, pero, aún y así, te quedas con ganas de más y por ese motivo vuelves a la librería a buscar un libro que llene el vacío que te ha dejado el libro anterior, y vuelta a empezar.
Leer es un ciclo que no tiene fin...



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¡Hasta la próxima semana!

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